clases de felicidad en la universidad
12.2.18
¿Qué puede pasar cuando una universidad decide impartir una clase de felicidad? ¡Pues que sea un exitazo! Y no lo ha hecho cualquiera.
El pasado mes de enero, la prestigiosa universidad de Yale ha puesto en marcha un curso llamado "Psychology and the good life" ("La psicología y la buena vida"). Antes de la primera clase, ya se habían inscritas 300 personas.. y tres días después ¡ya eran casi 1200 alumnos! Con tantos alumnos, este nuevo curso ya ha conseguido ser la clase más popular en 316 años de historia de la Universidad de Yale.
La profesora Laurie Santos, quien ha organizado el curso, pretende enseñar a los estudiantes cómo vivir una vida feliz y está convencida que es la clase más difícil de Yale, porque implica un cambio verdadero en los hábitos de vida y rendir cuenta a uno mismo cada día.
No sé cuántos alumnos conseguirán aprobar el examen final de felicidad que consiste en un proyecto de mejora personal, pero seguro que algunas pautas útiles les dará para conseguir estresarse menos y dedicar más tiempo a las cosas que realmente les gustan hacer para ser felices.
El artículo completo en el New York Times.
El pasado mes de enero, la prestigiosa universidad de Yale ha puesto en marcha un curso llamado "Psychology and the good life" ("La psicología y la buena vida"). Antes de la primera clase, ya se habían inscritas 300 personas.. y tres días después ¡ya eran casi 1200 alumnos! Con tantos alumnos, este nuevo curso ya ha conseguido ser la clase más popular en 316 años de historia de la Universidad de Yale.
La profesora Laurie Santos, quien ha organizado el curso, pretende enseñar a los estudiantes cómo vivir una vida feliz y está convencida que es la clase más difícil de Yale, porque implica un cambio verdadero en los hábitos de vida y rendir cuenta a uno mismo cada día.
No sé cuántos alumnos conseguirán aprobar el examen final de felicidad que consiste en un proyecto de mejora personal, pero seguro que algunas pautas útiles les dará para conseguir estresarse menos y dedicar más tiempo a las cosas que realmente les gustan hacer para ser felices.
El artículo completo en el New York Times.
Qué idea tan buena!
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